Participar plenamente de la vida es despertarse por completo a la realidad de que cada acción tiene su efecto. Cada movimiento cuenta y regresa. La Ley del Karma actúa como un eco. Si habla sobre los defectos de alguien o los errores de alguien, esta forma de hablar desperdiciable volverá como un eco a usted. Cada momento es una oportunidad única para evitar hacer aquello que nos traerá un futuro dolor y, en su lugar, sembrar aquello que nos traerá el más dulce de los frutos.