Un verdadero héroe es soberano sobre sí mismo. Es soberano sobre
sus pensamientos, sus palabras y sus acciones, y así transforma:
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Preocupación en optimismo y contentamiento.
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Envidia en satisfacción consigo mismo y respeto hacia los
demás.
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Placeres perecederos en experiencias humanitarias y
espirituales.
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Apegos o dependencias en amor verdadero.
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Desamor por uno mismo en autorrespeto.
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Ego o arrogancia en humildad.